Los malos hábitos adquiriros durante la infancia cuando se prolonga mas allá del tiempo debido puede provocar diversos trastornos.
El chupete que se ocupa para aliviar o calmar a las guaguas podría causar el efecto contrario en los padres si su uso se extiende a los dos o tres años de edad.
Lo mismo ocurre con el niño sigue consumiendo solo papilla después de los doce meses cuando ya se disponen de dientes para poder masticar.
Los riesgos no solo es odontológico, sino que también fonoaudiológico, debido a que pueden experimentar el denominado “Desorden Miofuncional Orofacial” (DMO), es un cuadro en el cual las estructuras orales y faciales (labios, dientes, lengua, mandíbula, mejillas y paladar) no se desarrollan adecuadamente para la edad del niño.
La manifestación más evidente del DMO es que los niños pronuncian “c” o “s” como si fueran una zeta española. Esto puede suceder si después de los doce meses los niños mantienen comiendo papilla que no requiere un mayor esfuerzo masticatorio. Abusar del chupete puede desformar los maxilares y cambiar la posición de los incisivos, produciendo una mordida abierta, debido a que niño no cierra completamente los dientes.
http://diario.elmercurio.cl/2010/06/04/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/ea2cf7e9-1300-4a2a-8616-a0195a139cc6.htm
Sandra Acevedo
S.1
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