Se trata de un trastorno alimentario relacionado con el sueño, un problema que se estima afecta al 4% de la población mayor de 20 años, sobre todo mujeres.
Son personas que no tienen problemas para conciliar el sueño, pero que, después de haberse dormido, despiertan con una necesidad absolutamente compulsiva de comer o tomar algo, pese a que no tienen hambre ni sed, En casos extremos, la situación se repite hasta siete veces en la noche, como se ha podido comprobar en algunos pacientes.
Hay personas que al día siguiente recuerdan todo, otros han borrado algunas cosas, y algunos no tienen recuerdos de nada y pese a ser un trastorno, muchos no consultan porque no lo asocian con un problema, o simplemente por vergüenza.
Se ha visto que con el tiempo las personas comienzan a ganar peso, aunque durante el día no comen en exceso, y por eso se considera un factor subdiagnosticado de obesidad.
El tratamiento es a base de fármacos antiepilépticos o dopaminérgicos, junto a un manejo psicoterapéutico. También es importante hacer una evaluación para descartar la presencia de otros trastornos del sueño, como apneas (breves interrupciones de la respiración durante el sueño) o el síndrome de piernas inquietas (movimiento involuntario de las piernas mientras se duerme), que suelen ir asociados.
http://diario.elmercurio.com/2009/05/22/vida_y_salud/sociedad/noticias
Francisco Castillo
S.1
Francisco Castillo
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