Estas deficiencias pueden dar lugar a serios problemas de salud, comprendidas por una menor resistencia a las infecciones, ceguera, letargia, infertilidad, disminución de la capacidad de aprendizaje, retraso mental y, en algunos casos, la muerte.
Relacionado a estas deficiencias de la alimentación no sólo están aquellas que afectan directamente al propio organismo sino que también están la disminución en el desempeño y pérdida del capital humano y el decremento en la productividad de los trabajadores.
En los últimos decenios la comunidad de investigadores, los gobiernos, los organismos de desarrollo y las organizaciones no gubernamentales.
Las ONG han avanzado considerablemente en la determinación de los grupos que corren el mayor peligro de padecer deficiencias de consumo de micronutrientes y elaborar programas para mejorar a corto plazo determinadas deficiencias. Muchos países han adoptado las metas y los objetivos internacionales de reducir las deficiencias para fines del decenio en curso.
En términos generales, las tres deficiencias de mayor repercusión en la salud pública son las de vitamina A, hierro y yodo. Se denominan micronutrientes porque el organismo los requiere en cantidades minúsculas para crecer, desarrollarse y mantener la salud. Dentro de ellas, la deficiencia de vitamina A es la más frecuente entre los niños pequeños. Si es atendida, puede producir ceguera y la muerte. La falta de hierro es la deficiencia alimentaria más común en todo el planeta, afecta principalmente a los niños y a las mujeres en edad reproductiva, produce anemia, que contribuye significativamente a la muerte materna y de neonatos. La falta de yodo se da en zonas, donde el exceso de agua ha lavado los suelos, puede originar cretinismo, mortalidad fetal tardia, y defectos congenitos.
http://www.cl.terra.com/salud/interna.0,,OI3764009-EI5445,00.html
Veronica Castañeda
S.1
No hay comentarios:
Publicar un comentario