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sábado, 9 de abril de 2011

La contaminación por radioactividad en Japón duraría décadas

Las fugas radioactivas de la central nuclear japonesa accidentada de Fukushima son "importantes" y una fuente de contaminación local.

Las emisiones radioactivas de la central japonesa "son ya muy importantes, y continúan, por lo que Japón tendrá que administrar duraderamente las consecuencias", que durarán "decenas y decenas de años".Estas emisiones están ligadas, por una parte a las "descompresiones voluntarias"-emisiones de vapor que contienen partículas radiactivas- destinadas a reducir la presión en los reactores accidentados para evitar que el recinto que las rodea sea dañado. Y, por otra parte, hay fugas cuyo origen es indeterminado, según la ASN (Autoridad Nuclear Francesa).

Dada la amplitud de estas emisiones, alrededor de la central, "los depósitos de partículas radiactivas en el suelo serán importantes", previno Jean-Luc Godet, responsable de la dirección de irradiaciaciones ionizantes y de la salud (ASN).

"Teniendo en cuenta la meteorología, es probable que la contaminación haya llegado más allá, hasta un centenar de kilómetros", según la ASN. Ella sólo dispone de "informaciones muy parciales sobre la contaminación de productos alimentarios" pero algunas muestran que "las verduras ya han sido contaminadas".

El gobierno japonés prohibió la venta de leche y dos tipos de verduras producidos en las cuatro prefecturas próximas a la central de Fukushima, debido a un nivel anormalmente alto de radiactividad.

Trazas de yodo radiactivo y cesio también se encontraron en el agua corriente en Tokio y sus alrededores, aunque en proporciones inferiores a los límites legales.También se encontró en el agua de un pueblo situado a 40 km de la central un nivel de yodo radiactivo más de tres veces superior al límite legal.

www.perfil.com

La obesidad infantil reduciría las expectativas de vida

La obesidad infantil que sufre la sociedad actual hará que la esperanza de vida disminuya por primera vez en la edad contemporánea, según explicó hoy el doctor Albert Feliu, miembro del grupo de trabajo sobre la obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica.

Feliu, aseguró que la obesidad infantil "no deja de ser el fondo de un iceberg que va a eclosionar dentro de unos años" y que provocará que se reduzcan las medias en las expectativas de vida, actualmente fijadas sobre los 84 años para las mujeres y los 76 los hombres.

Las causas de la obesidad infantil son "multifactoriales" y, en ese sentido, apuntó a la disminución del ejercicio físico -motivado por otras actividades lúdicas- y, también, al cambio de hábitos alimentarios, con incorporaciones de otros países a la dieta del Mediterráneo. Más que sustituir, los nuevos hábitos se han ido incorporando a nuestra dieta y se ha aumentado, en gran medida, la cantidad calórica que ingieren los niños.

Se tiene que hacer "un esfuerzo" para cambiar los hábitos alimentarios desde la primera infancia. Así, cuando un pediatra liberaliza la dieta de un niño, aproximadamente al año de vida, llega un momento en el cual se suele decir que "ya puede comer lo que quiera". Esa frase es "mal interpretada" y los pediatras "tampoco han sido capaces de dar el mensaje correcto", porque comer lo que quiera no significa comer de todo y en grandes cantidades.

Para Feliu, a partir del primer año de vida, e incluso antes, se tendría que hacer una labor formativa con los padres para intentar que las dietas sean lo más equilibradas y menos calóricas posibles, que incorporen frutas, verduras, en cantidades justas, y que eviten los excesos de grasas.